Recientemente encontré un episodio especial que juntaba los mundos de tres de las series más carismáticas de la Shonen Jump, Dragon Ball, One Piece y Toriko... espera... ¿Toriko? ¿Y ese quien es?

Pues una serie que, o bien ha caído en gracia en las tierras niponas o que la Shonen Jump quería promocionar con ese Ova de dos capítulos, que es una sucesión de personajes de las tres series haciendo sus golpes característicos o diciendo sus frases gancho. Vamos, Fanservice puro y duro, por si alguien tiene curiosidad; pero bueno, indaguemos sobre Toriko.

Estamos en la era Gourmet. La gente se ha aficionado a la buena cocina y se pagan millonadas por conseguir los ingredientes más elitistas y deliciosos. El problema es que frecuentemente estos ingredientes son carne de bestias gigantescas o vegetales carnívoros monstruosos, por lo que hacen falta cazadores expertos para obtenerlos.

Toriko es uno de los mejores. Un tipo de carácter alegre y desenfadado, capaz de filetearte un cocodrilo enfurecido de 30 metros de largo tan solo usando sus manos desnudas. Un pedazo de armario empotrado de ser humano, cual Kenshiro del puño de la estrella del norte, metido a manipulador de alimentos.

Con estos elementos la serie no podía sino ser una comedia plagada de escenas de acción, salpicada de descripciones de alimentos imposibles a cada cual más imaginativo. De hecho la editorial pide ideas a los lectores y las mejores se hacen un hueco en las páginas a modo de cameo. Tal vez esa forma de permitir participar al espectador fue lo que la hizo tan popular.

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