¿Conocéis Jojo's Bizarre Adventure? Lo digo porque un juego de lucha basado en este reconocido manga surgido en la Shonen Jump ha recibido un 40 de 40 en la revista de videojuegos Famitsu, que no son conocidos precisamente por ir regalándolos.
Os pondré en antecedentes. La aventura bizarra de Jojo es un manga de hoxtias como panes, al más puro estilo del puño de la estrella del norte, de quien podría asegurar que es su heredero más directo. La diferencia principal es que los protagonistas no son los que reparten leña, sino una suerte de espíritus protectores llamados Stands, que son los que hacen el trabajo sucio mientras ellos ponen poses molonas. Hay algunos Stands con habilidades verdaderamente curiosas y muchos combates son realmente espectaculares, primando más la inteligencia y la forma de usar los poderes que la fuerza bruta. Vamos, que merece la pena verla y, si Famitsu no ha rebajado sus estándares, el juego debe haber captado muy bien esa esencia para llevarse un 100% de puntuación.

El argumento, al menos hasta donde yo he seguido la serie, que tiene ocho arcos cada uno con un prota diferente, comienza siglos atrás, cuando alguien encuentra una máscara azteca usada en rituales chungos que otorga grandes poderes a quien se la ponga. Pero un gran poder conlleva una gran maldición y un tal Dio termina usándola y convirtiéndose en vampiro que usa rodilleras con forma de corazón, a juego con su cinto (De algo tendría que venir lo de bizarro del título).
Como si de un castlevania se tratase, alguien de una familia rival,  Jonathan Joestar (de ahí viene lo de Jojo) lucha contra él y termina desbaratando sus planes; pero muere en la batalla final.

Esto nos lleva al presente, en el que el tataranieto de Jonanthan, Jotaro Kujo (es que la madre es americana pero se casó con un japonés) se sorprende cuando con la pubertad, aparte de convertirse en un armario empotrado, le salen poderes sobrenaturales. Bueno... Eso de sorprenderse es un decir, porque este tío tiene la sangre de horchata. Su abuelo, el de Jotaro, le visita y le cuenta que Dio está resucitando y que esto ha despertado esos poderes para combatirle porque, y aquí viene la bizarrada, la cabeza cercenada de Dio se implantó en el cuerpo de Jonathan Joestar y eso ha provocado un rechazo orgánico-místico que se ha transferido a todos los descendientes de la familia Joestar por la puta cara. Es entonces cuando la madre de Jotaro enferma debido a que no puede controlar su Stand. Supongo que porque tendrá un gen recesivo o por carecer testosterona en cantidades industriales como la que se gastan tanto el nieto como el abuelo. La única opción para salvarla es aniquilar a Dio para que el Stand de la madre se relaje.

Podían haber dicho simplemente que Dio iba a dominar el mundo y que había que detenerlo; pero no era lo suficientemente bizarro.



No hay nada peor que dejar el control a un iluminado del orden y la justicia.

Es más o menos lo que ocurre en la academia Honnoji, un mega instituto de proporciones ciclopeas, gobernado no por su director, un mero peón, sino por Satsuki Kiryuin, presidenta del consejo de estudiantes, que ha establecido un sistema de castas entre los alumnos y los tiene sometidos gracias a su particular ejercito de estudiantes.

Su dominio no parece tener oposición hasta que aparece una nueva estudiante, Ryuko Matoi, que entra en la academia con el objetivo de encontrar pistas sobre el asesinato de su padre.

Hasta ahí suena extraño, pero perfectamente plausible. Ahora es cuando empieza lo bueno.

El sistema de castas de Kiryuin va por estrellas. Están los parias sin estrellas y luego los que de alguna manera se han ganado un puesto en el ejercito personal de la pequeña dictadora, a los cuales se les proporciona un uniforme especial (que van de una a tres estrellas) que les otorga poderes sobre humanos.

Ryuko, a pesar de contar con un arma especial (la mitad de unas tijeras enormes, única pista que tiene sobre el asesino de su padre) se topa de lleno con el inmenso poder de estos uniformes y no le queda más remedio que huir. Todo parece perdido hasta que, recorriendo nuevamente las ruinas de su antiguo hogar, encuentra algo tan poderoso como peligroso. Un uniforme hecho por su difunto padre, que le permite también desarrollar un poder ilimitado; pero a cambio de su propia sangre.

Este es, en resumen, el punto de partida de esta serie anime. Un anime de lucha contra el sistema jerárquico en toda regla, aderezado con una buena cantidad de humor absurdo y su obligatoria ración de fanservice.